Comer muchas frutas y verduras frescas es vital durante las
estaciones más frías del año, en especial porque de esta forma nos aseguramos
un buen aporte de vitaminas, sobretodo de la vitamina C. En estos casos, por
ejemplo, podemos comer mandarinas, o bien un zumo de naranja natural cada
mañana, ya que los zumos naturales siempre son más recomendados que los
envasados.
Beber infusiones calientes (en especial gordolobo o el
eucalipto), té en sí (recomendamos té verde o té blanco), o incluso caldos
vegetales, de forma que ayuden a que nuestra garganta se recupere y la
protejamos.
Además de frutas y verduras frescas, una opción igualmente
positiva es la de incluir en nuestra dieta cebolla y ajo, ya que tienen un
efecto antivírico sumamente importante.
También podemos tomar extractos de miel y propóleo, que como
ya pudimos conocer en nuestra nota sobre las propiedades del propóleo, es ideal
para las vías respiratorias y por su poder antigripal.
Oligoelementos como el cinc o el selenio ayudan a fortalecer
las defensas, mientras que el cobre resulta muy útil para combatir la infección
de garganta. Precisamente por ello, podemos pedir ayuda a un experto que nos
recomiende algún suplemento dietético que contenga oligoelementos.
No es recomendable abusar de la calefacción, pero sí ventilar
bien las distintas habitaciones de nuestra casa para que el aire se renueve.
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