Lo que se debe hacer:
Conservar la calma, ya que una actuación precipitada puede
ser peligrosa.
Tratar de que la persona no se lesione durante la crisis
epiléptica, quitando objetos peligrosos de alrededor (aristas de muebles,
objetos punzantes, etc) y colocando algo blando bajo su cabeza, para evitar que
se golpee contra el suelo.
Aflojar ropas alrededor del cuello, (corbatas, camisa,
etc.).
Se debe colocar de lado con cuidado, para facilitar la
respiración.
Observar la duración de la crisis epiléptica. En la gran
mayoría de las ocasiones este tipo de crisis epilépticas finaliza en dos o tres
minutos, tras lo cual la persona se recupera gradualmente.
Se debe esperar al lado de la persona hasta que la crisis
epiéptica termine. Dejar que descanse hasta que se recupere y comprobar que vuelve
poco a poco a la situación normal.
Lo que no se debe hacer:
No se debe tratar de inmovilizar a la persona por la fuerza
durante la crisis epiléptica.
No se debe introducir ningún objeto en la boca con el afán
de que la lengua no vaya hacia atrás, dado que puede ser peligroso si traga este objeto y se queda alojado en las
vías respiratorias, además de las posibles lesiones orales, al intentar
introducirlo a la fuerza.
No es necesaria la respiración boca a boca durante la crisis
convulsiva, aunque se tenga la impresión de que la respiración queda bloqueada
por la rigidez, salvo que la persona no vuelva a comenzar a respirar terminada
la crisis convulsiva.
Nunca se debe dar agua, alimentos o pastillas por la boca
durante la crisis epiléptica o poco después puesto que un posible vómito con el
conocimiento alterado puede ser muy peligroso.
La administración de medicamentos durante la crisis
epiléptica en otra forma que no sean pastillas, solamente se debe dar en caso
de que la crisis se prolongue o bien por indicación del médico en situaciones
clínicas concretas. Así mismo, una vez finalizada la crisis epiléptica no es
útil la administración de medicación sedante.
Necesidad de atención médica urgente
La gran mayoría de las crisis epilépticas terminan de forma
muy rápida y no es necesario trasladar a la persona con epilepsia conocida a un
Servicio de Urgencias por la crisis epiléptica en sí. Se debe trasladar en las
siguientes circunstancias:
Si la crisis epiléptica dura más de 5 minutos.
Si la crisis epiléptica se repite en corto espacio de
tiempo.
Si no recupera por completo la situación previa, tras un
periodo de tiempo prudencial después de la crisis epiléptica.
Si ha habido un traumatismo importante durante la crisis
epiléptica.
Si la persona que ha sufrido la crisis epiléptica está
embarazada.
Si se trata de una persona que no sea epiléptica. En este
caso no se conoce la causa y puede tener una enfermedad aguda que requiera un
diagnóstico y tratamiento urgente (por ejemplo, meningitis, trombosis cerebral,
intoxicación, etc.)
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